Desde casi el inicio mismo de la Guerra Civil, ambos bandos reciben ayuda material extranjera.
Los nacionales, por parte de italianos y alemanes; los republicanos,
sobre todo de la URSS. En este contexto tiene lugar el incidente del
«Komsomol», buque que recibe el nombre de la organización juvenil de la
Unión Soviética. El carguero partió del puerto de Poti en el Mar Negro
el 5 de diciembre de 1936 con destino al puerto belga de Gante. Su manifiesto de carga declaraba manganeso para la firma Providence. Pero diez días después fue interceptado por el «Canarias» de la marina nacional. El buque fue hundido y su tripulación recogida a bordo por el crucero.
Interrogantes
La versión más común, y la que mantuvieron ambos bandos, fue que el carguero resultó cañoneado por el «Canarias» ante la suposición de que transportaba armas para la República. De ser así, se plantean varios interrogantes: ¿Con qué derecho podría un barco de guerra llevar a cabo una acción semejante en aguas internacionales contra un buque extranjero oficialmente neutral, de forma injustificada y contraria al derecho internacional? ¿Por qué sería hundido sin verificar la carga? ¿Por qué si las bodegas del «Komsomol» contenían un importante material de guerra no fue éste incautado?
Y esos interrogantes abren otros dos: ¿Podrían ser los
propios rusos quienes abrieron los grifos de fondo del mercante para
evitar hacer público su apoyo militar a la República? ¿Fue quizá un
submarino italiano el que torpedeó al «Komsomol», como ocurriría
posteriormente con otros mercantes? Lo que sí resulta seguro es que el carguero había realizado ya dos viajes anteriores a España, desembarcando en Cartagena carros de combate y aviones, además de otro material militar ligero.
Las repercusiones propagandísticas
que la acción naval tuvo en cada uno de los bandos fue enorme. La
indignación rusa subió hasta el punto de que su diplomacia propuso a
Londres y París el trato a los nacionales como piratas y atacarlos sin
previo aviso. En la zona republicana, tanto el Partido Comunista como el
Socorro Rojo constituyeron un comité con el fin de adquirir por
suscripción popular otro barco para los rusos. Algo que evidentemente no
lograron, a pesar de imprimir miles de postales y viñetas con este
motivo, aunque el objetivo era, sobre todo, propagandístico.
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