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lunes, 24 de junio de 2013

Exequias de Adelina Kondratieva

Adelina Kondratieva
AGE 20/6/13
Las exequias de la Presidenta de AGE, Adelina Kondratieva, tendrán lugar el día 27 de junio a las 12,00 en Moscú, en el cementerio Nuevo Donskoe. Calle Ordzhonikidze 4. m. Leninskii prospect.

En representación de la Unión de Descendientes de los Voluntarios Soviéticos en la Guerra Civil Española acudirá su Presidenta, consocia de AGE, Natalia Rodionova Malinovskaya. En representación del Centro Español de Moscú acudirá su Presidente, vocal de AGE, Francisco Mansilla y en representación de AGE acudirá su Secretaria General, Dolores Cabra.

Adelina Kondratieva, voluntaria internacionalista en la guerra civil 1936-39 Teniente de aviación de la República, Teniente Mayor en la  Guerra Patria, Soldado de dos guerras, impulsora del homenaje a las Brigadas Internacionales en 1996, Vicepresidenta del Comité de Veteranos de Rusia y Presidenta en funciones de los Voluntarios Internacionalistas en la Guerra Civil 1936-1939, Presidenta de la Asociación Archivo Guerra y Exilio (AGE).

La purga de Stalin en la España republicana



El historiador ruso y ex agente de los servicios de inteligencia rusos, Boris Volodarsky, publica 'El caso Orlov', un estudio de una exactitud y amplitud inédita sobre la actuación de los servicios secretos soviéticos en la Guerra Civil española

Público.es - Alejandro Torrús - Madrid 22/06/2013
Stalin no tenía dudas sobre cómo se podría solucionar el problema español de la manera más eficaz posible: asesinar a Franco. Ahora se sabe que la Unión Soviética envió, al menos, tres expediciones al bando sublevado para cumplir tal orden. La primera estuvo encabezada por el oficial de la inteligencia soviética: Grigori M. Semiónov, en la primavera de 1937. Con el mismo propósito fue enviado a la península el periodista británico de The Times Kim Philby como corresponsal de guerra con el ejército de Franco, aunque la inteligencia soviética sabía que Philby era débil de voluntad y no podría asesinar. La tercera opción se depositó en Elli Bronina, la esposa de un espía soviético en Shangái. Ni que decir cabe que todas estas empresas fracasaron.

Porque para Stalin la eliminación de los trotskistas reales o imaginarios en España gozaba de una prioridad mucho mayor que la muerte de Franco. La lógica de Stalin era aterradora. Para luchar con éxito contra cualquier enemigo era necesario, primero, acabar con el enemigo interno. Stalin estaba convencido de que uno de los principales motivos por los que los republicanos podían ser derrotados era por la presencia de traidores en su campamento. Como en Rusia, exigió tratar a los traidores con determinación. Para ello, envió a España a Lev Nikolsky, alias Alexander M. Orlov.

Las actuaciones, planes y peripecias de Orlov en España entre 1936, 1937 y 1938 al frente de la NKVD, predecesora de la KGB, son recogidos por el historiador ruso y ex agente de los servicios de inteligencia de Rusia, Boris Volodadarsky, en El caso Orlov (Editorial Crítica), una obra de una exactitud y amplitud inédita sobre la actuación de los servicios secretos soviéticos en la Guerra Civil española.

El sicario de Stalin Lev Nikolsky operaba en España con el seudónimo de Alexander M.Orlov, medía alrededor de 1,72 metros, era más bien atractivo y tenía la típica nariz de boxeador con bigote oscuro. Hablaba mal español y siempre iba acompañado de su intérprete personal. En 1936, cuando aterrizó en España, Nikolsky tenía 41 años y la valoración de sus servicios durante la Guerra Civil puede calificarse como desastrosa. "Fue un espía de una inteligencia muy mediocre que falló en todas sus misiones de inteligencia", resume el historiador Volodarsky.

No obstante, apunta la obra, hubo un apartado en el que Orlov no fracasó. En el asesinato selectivo de trotskistas, considerados por Stalin como su mayor enemigo. En diciembre de 1936 el Comité Ejecutivo del Komintern (ECCI) informó al PCE: "Ocurra lo que ocurra, hay que lograr la destrucción de los trotskistas, exponiéndolos a las masas como un servicio secreto fascista que realiza acciones de provocación al servicio de Hitler y el general Franco para intentar dividir el Frente Popular llevando a cabo una campaña difamatoria contra la URSS".

El asesinato selectivo se utilizaba, sin embargo, en contadas ocasiones y siempre era estrictamente coordinado desde Moscú. La cantidad de víctimas del NKDV en España "casi con toda seguridad jamás superó las veinte personas", igual que el número de agentes en España estuvo limitado a diez. "La cantidad de víctimas del KGB/NKVD en la Guerra Civil española no se puede comparar ni remotamente con las de Polonia (1939-41), Finlandia (1939-40), Austria (1945-55), Hungría (1956) o Afganistán (1979)", apunta el historiador, que añade que estos asesinatos "nunca fueron en beneficio de la República española" sino "siempre fue en defensa de los intereses del Kremlin".

Nin y el POUM, el principal enemigo  
El investigador señala que entre las víctimas de Orlov se encuentran Dmitry Navashin (en París), Brian Goold-Vershoyle (secuestrado en Barcelona y muerto en un campo de prisioneros de Rusia), Marc Rein (muerto en España), Hans Freund, Ignatz Reiss (disparados en Suiza), Kurt Landau, el general Skoblin (un agente del NKVD muerto en Barcelona), Georges Agabekov (un oficial de alto rango, que desertó, y luego llegó a España y fue asesinado) y el líder del POUM, Andreu Nin.

El inicio del odio de los soviéticos y la Komintern/PCE hacia los miembros del POUM están claros para el investigador ruso. A finales de 1936, el POUM denunció públicamente las ejecuciones en la Unión Soviética de Kamenev, Zinoniev y otros viejos bolcheviques. Además, los republicanos, socialistas y comunistas creían que la defensa de las milicias revolucionarias por parte de la CNT y el POUM estaba minando sus esfuerzos bélicos.

Asimismo, la gota que colmó el vaso para Stalin fue la invitación de Andreu Nin, jefe del POUM, a Trotski, entonces exiliado en Noruega, a ir a Barcelona. Con este gesto quedó sellado el destino del partido y del propio Nin. "El hecho de acusar a Nin o a cualquier otro disidente de trotskista es debido no a la importancia de los trotskistas sino por el habito adquirido por los comunistas de denunciar por trotskista a todo el mundo que discrepe con ellos sobre cualquier cosa", asevera el autor.

El 23 de mayo de 1937 Orlov envió su plan para acabar con Nin y con el POUM. Todo quedó a la espera de la aprobación de Moscú. Días más tarde, Moscú dio el sí definitivo. El plan de Orlov consistía en elaborar un documento falso que revelara la colaboración de los dirigentes del POUM con Falange y, por consiguiente, con Franco y Alemania. "Codificaremos el contenido del documento utilizando las claves de Franco, que tenemos disponibles, y lo escribiremos en el dorso del mapa", escribe Orlov a Moscú.

El texto comprometedor para el POUM sería escrito en tinta invisible y enviado a los servicios de contrainteligencia del Gobierno de la República que detendría a Nin por traidor y por ser parte fundamental del alzamiento franquista. El resultado del plan de Orlov es ya conocido: secuestro, interrogatorio y asesinato de Nin. "La fecha exacta del asesinato de Nin probablemente jamás será conocida más allá de que obviamente falleció después del 22 de junio de 1937", señala el historiador.

Un disparo en el bosque
El 16 de junio de 1936 Nin estaba preparando el congreso del POUM, que iba a celebrarse al cabo de tres días. Durante la tarde le advirtieron hasta en dos ocasiones de que su vida estaba en peligro. "¡No se atreverán!", contestó entre risas Nin al segundo aviso. Pasados unos instantes fue detenido cerca del palacio de la Virreina y trasladado al edificio de la Juventud Comunista Ibérica del Paseo de Gracia. Entonces, Nin fue escoltado hasta Valencia y luego a Madrid, donde fue alojado en el centro de detención de Atocha. Al no ofrecer las garantías suficientes este emplazamiento, el líder del POUM fue llevado a una casa en Alcalá de Henares, donde lo interrogaron en secreto durante dos o tres días.

"Orlov estaba seguro de que su plan funcionaría y de que bajo coacción Nin finalmente se desmoronaría y firmaría la confesión que le tenían preparada. Sin embargo el jefe del POUM estaba en su país rodeado de su gente, los agentes de la policía republicana de los que no tenía nada que temer", asegura el historiador, que añade que "es obvio" que Nin no fue torturado en esta etapa.

Es en este punto donde Orlov organiza el espectáculo final. Un grupo de hombres uniformados con documentos firmados por el general Miaja y el coronel Ortega aparecieron en la casa ordenando la entrega del prisionero. Fue entonces cuando un grupo de atacantes neutralizó a los guardias y se llevó a Nin dejando un reguero de pruebas falsas que debían vincular la "liberación de Nin" con los fascistas de Franco o Alemania. Los atacantes, sin embargo, eran Orlov, Grigúlevich. Tacke, Nezhinsky y dos españoles identificados como "L" y "AF". "Nin salió sin oponer resistencia y ocupó su asiento en el coche, que se dirigió al sureste rumbo a Perales de Tajuña. Tras recorrer unos 20 kilómetros el vehículo se detuvo. No se sabe y probablemente no se sabrá nunca lo que ocurrió por el camino, o si los captores y la víctima intercambiaron unas palabras", escribe.

Finalmente, "el grupo desembarcó y, según Victor, el conductor, se adentró cien metros en el campo. Casi con toda certeza fue Grigúlevich quien disparó a Nin". Para el historiador, el motivo del asesinato de Nin es que se había convertido en un testigo no deseado, de modo que "no había más remedio que asesinarle". Tras su muerte, a diferencia de lo defendido por otros historiadores no hubo un gran juicio estalinista y ninguno de los cerca del millar de detenidos del POUM fue acusado de espionaje. "No hay que olvidar que Madrid no era Moscú y que los dirigentes republicanos no eran en absoluto como Molotov y Kaganovich", sentencia Volodarsky.

Stalinizar España
La obra de Volodarsky asegura, además, que "Stalin no tenía ni la intención ni el interés ni la posibilidad de sovietizar o stalinizar España, como afirman algunos autores. No estaba interesado en una España comunista, porque ello perjudicaría su oportunidad de negociar con Gran Bretaña y Francia, asevera. "Desafortunadamente, muchos historiadores interpretan la España de 1936 en términos de lo ocurrido en Europa central casi diez años después, cuando la proximidad histórica y política a menudo desempeñaba un papel fundamental", escribe.

Los intereses de Stalin en la Guerra Civil española, explica el historiador, se debían más a una oportunidad histórica para ganarse la simpatía de millones de personas en el mundo, a incrementar el saldo comercial de la URSS y a utilizar la batalla fratricida española como un campo de experimentos para poner a prueba nuevos tanques y aviones, tácticas y estrategias y operaciones especiales de cara a la II Guerra Mundial y sobre todo, de saber con qué armas contaban sus enemigos.

jueves, 6 de junio de 2013

Azerbaiyán honra a los pilotos de la República que defendieron los pozos petrolíferos de Bakú

Pilotos españoles en la escuela de vuelo de Kirovabad.
El Gobierno de Aliyev financia un documental sobre los aviadores españoles que combatieron a Hitler 

06.06.2013
El Muvim de Valencia acoge hoy (19 h.) el estreno mundial del documental "Sobre el cielo de Azerbaiyán", un homenaje a los pilotos de la República que tras el final de la Guerra Civil combatieron a Hitler en las filas de la aviación soviética defendiendo los pozos de petróleo de Bakú, la capital de esta república del Cáucaso. Se trata de una coproducción de la firma valenciana Volya Productions que dirige Pablo Gil y de la productora azerbaiyana Salname, que a su vez ha contado con la colaboración del Ministerio de Cultura de Azerbaiyán y la financiación del Gobierno de este país del Mar Caspio fronterizo con Irán que preside Ilham Aliyev. El estreno, que está organizado por la Embajada de Azerbaiyán en España, contará con la presencia del embajador Altai Efendiev.

La idea original del documental nace de la empresaria azerbaiyana afincada en Valencia, Gyulnara Khanbabaeva, presidenta de la asociación "Elmira" de hermandad entre España y Azerbaiyán. A Khanbabaeva le brotan las lágrimas cuando rememora a estos pilotos españoles. "Las jóvenes generaciones de Azerbaiyán deben de conocer que hubo gente que, sin conocer nuestro país y nuestro idioma, lucho por nosotros", apunta. Al mismo tiempo añade que esta historia "hermana" a ambos países. 

Los hechos se centran en la Escuela Militar de Vuelo Nº 20 de Kirovabad, la actual ciudad azerbaiyana de Ganza, donde la aviación de Stalin entrenaba a los pilotos españoles dentro de los acuerdos de cooperación de la República con Moscú. Al finalizar la Guerra Civil en Kirovabad se estaban formando 180 jóvenes pilotos republicanos, la mayoría catalanes y valencianos que habían llegado allí en enero de 1939. De este grupo, una treintena que no eran comunistas pidieron abandonar la URSS, por lo que al estallar la II Guerra Mundial fueron deportados e internados en campos de trabajo (gulags) durante 15 años. 

Los pilotos de Kirovabad que si decidieron combatir en la aviación soviética, entre los que también había españoles que se exiliaron en la URSS tras la caída de la República, principalmente protegían los cielos de Bakú, donde se extraía el 70% del petróleo que alimentaba el esfuerzo de guerra ruso. Al menos 25 de aquellos pilotos españoles murieron luchando contra Hitler.

El Gobierno del PP miente para negar la ayuda a los ‘Niños de la Guerra’ en Moscú

(Actualización con documentos que prueban la argumentación falaz del Gobierno a Gaspar Llamazares para negar la ayuda al CEM).
cuartopoder  - Luis Díez 3 de junio de 2013
Apunten esta cifra: 25.554,56 euros. No es el sobresueldo en dinero negro de algún directivo del PP ni las dietas y gastos de representación de algún líder del partido gubernamental; tampoco es la cantidad perdonada a algún evasor acogido a la amnistía fiscal de Cristobal Montoro ni el botín sustraído a algún ahorrador estafado por Bankia o Caixagalicia Bank… No, es la cantidad que los “Niños de la Guerra” deben al Gobierno español, concretamente al Ministerio de Hacienda.

Les pido que apunten esa cifra porque así, con decimales y todo, se la ha comunicado el Ejecutivo al diputado de IU Gaspar Llamazares en respuesta a la pregunta que formuló meses atrás sobre la retirada de la ayuda al Centro Español en Moscú (CEM), una sede emblemática que aquellos hijos de republicanos españoles que fueron acogidos en la antigua Unión Soviética durante la Guerra Civil española, hoy octogenarios, crearon hace más de cinco décadas como centro de reunión y difusión de la cultura española en la capital rusa. En febrero pasado pideron ayuda para evitar ser desahuciados.

Dice el Gobierno que en 2006, el CEM, mantenido durante muchos años con las aportaciones de aquellos expatriados españoles, recibió una subvención de 71.000 euros para gastos de funcionamiento y actividades asistenciales y culturales. Y añade que en 2007 “se encontraban sin justificar 21.000 euros de la citada cantidad, incumpliendo la normativa vigente”. Por ese motivo, la Secretaría de Estado de Inmigración y Emigración, entonces bajo gobierno del PSOE, inició un “expediente de reintegro” al que los responsables del CEM no presentaron alegaciones ni reintegraron tampoco el dinero recibido. Así las cosas, y de acuerdo con la ley en materia de subvenciones, el Gobierno mantuvo el expediente que ha sido continuado por el Ministerio de Hacienda.

El resultado es que a día de hoy, con la suma de intereses, los “Niños de la Guerra“ deben 25.554,56 euros al departamento de Montoro y que Hacienda comunicó la deuda en octubre pasado “en vía ejecutiva” a la directiva del histórico CEM, en Kuznetski Most 18/7 y les dijo que mientras no reintegren esa cantidad no tendrán más ayudas. La respuesta gubernamental a Llamazares recuerda que la Ley General de Subvenciones es muy estricta, dice que para obtener una subvención o ayuda pública, el solicitante ha de estar al corriente de pago de las obligaciones y concluye que, de acuerdo con la mencionada ley, el CEM no tiene derecho a que se le concedan nuevas subvenciones.

Luego, para que adviertan la gran sendibilidad hacia estos ancianos, víctimas de la guerra, el Gobierno de Mariano Rajoy aprovecha la respuesta a Llamazares, publicada en el Boletín Oficial del Congreso (BOC) el 30 de mayo pasado, para decir que es consciente del significado que el Centro Español de Moscú tiene para ellos y de “su importancia como institución emblemática de los españoles en Rusia”. Pero si así fuera, no abusaría de la falsedad para justificar su negativa a conceder la ayuda y, de paso, dejar en entredicho la honradez de los “Niños de la Guerra” en la gestión del centro, como ha hecho en la mencionada respuesta oficial.

Según los documentos remitidos a cuartopoder.es por la representante del CEM y dirigente de la asociación Archivo, Guerra y Exilio (AGE), Dolores Cabra, los responsables del centro en Moscú entregaron, vía consular, al Gobierno español (Ministerio de Hacienda) la documentación justificativa del gasto. Por desgracia, gran parte de aquellos 21.000 euros se tuvo que emplear en pagar los entierros de los que iban muriendo. Y eso porque con unas pensiones de 6.000 euros al año, ahora reducidas a 1.200, no podían hacer frente a los gastos de los sepelios, que en Rusia son elevadísimos.

Pero además, el Ejecutivo de Rajoy emplea un argumento estercolario que en nada coincide con la respuesta  que dio el jefe del servicio de subvenciones del Ministerio de Sanidad y Servicios Sociales, Manuel Martínez, en 2011, para denegar la ayuda al CEM y con la del propio Ejecutivo al diputado de Amaiur, Jon Iñarritu, denengando la ayuda al centro por falta de puntuación dentro de las posibilidades presupuestarias –se requería un mínimo de 25 puntos y el CEM tuvo 15 en el sistema de baremación ministerial-. Ni que decir tiene que la indignación transmitida a este diario por la respuesta gubernamental a Llamazares es superlativa. No conformes con negarles la subvención, tratan de cubrirles de mierda. Por lo demás, el Gobierno Vasco ya ha comprometido una ayuda de 10.000 euros para evitar que les desahucien.

sábado, 1 de junio de 2013

Cuadernos de Rusia. Diario 1941-1942.

Estos Cuadernos de Rusia, la obra cumbre de la literatura memorialística sobre la División Azul, los redactó Dionisio Ridruejo entre otoño de 1942 y primavera de 1943, desde el confinamiento en Ronda, a su vuelta del frente ruso.

Editados de forma póstuma a finales de los años 70 del siglo pasado, ahora cobran nueva luz –en esta edición crítica y definitiva, a cargo del historiador Xosé M. Núñez Seixas–, cuando su figura ha quedado ya situada sin vacilaciones en la historia intelectual y política española del siglo xx.

Más allá del testimonio y radiografía de un fascista con voluntad documental, como notas de viaje y asueto, de meditación o de tiento lírico, como apuntes de vida agitada y remansada, estos cuadernos destilan una viveza de observación y una calidad literaria indiscutible. 
En palabras de Jordi Gracia, responsable del prólogo: «las sorpresas de la lectura política van a ser muy escasas frente a la riqueza de una lectura integral del texto como operación literaria frustrada, abandonada o aplazada para tiempos mejores que ya no iba a vivir. Y ése es el mejor regalo de esta nueva edición de Cuadernos de Rusia: autorizarnos a leer entero al Ridruejo divisionario y fascista y a apreciar por tanto la tensión interna de la prosa, la riqueza descriptiva, los matices estilísticos del paisajista de sensaciones, las analogías con paisajes castellanos o la voluntaria empatía emocional con quienes soportan a la fuerza el paso y la convivencia de las tropas en sus casas y aldeas. Por eso la lectura de este fresco literario de una empresa equivocada ofrece hoy la oportunidad de mancharse con el barro, la nieve pisoteada, la suciedad de la guerra, el drama de los muertos y el dolor de la consunción, y al mismo tiempo asistir a la despedida definitiva de una prolongada juventud.»

Dionisio Ridruejo (1912-1975). Poeta, ensayista y político español perteneciente a la Generación del 36. Miembro destacado de Falange, durante la Guerra Civil fue Director General de Propaganda del bando franquista.

En 1940 fundó con Pedro Laín Entralgo la revista Escorial.

En 1941 marchó como soldado raso voluntario a la División Azul. A su regreso de Rusia, rompió con el Régimen de Franco por su falta de carácter falangista. En 1942 abandonó la Falange y dejó todos sus cargos públicos. Fue desterrado casi cinco años a varias ciudades españolas. Desde 1951 se dedicó a dar conferencias luchando por liberalizar el régimen de Franco. En 1956 participó en la plataforma Acción Democrática. Procesado y encarcelado en varias ocasiones por su militancia política, en 1962 acudió al IV Congreso del Movimiento Europeo, en Múnich.

Se exilió en París en los años 1962 a 1964, impartió clases en universidades de Estados Unidos entre 1968 y 1969, y desde 1971 concedió entrevistas en las que expuso su oposición al Régimen. En 1974 refundó su viejo partido llamándolo Unión Social Demócrata Española. Entre sus ensayos destacan Escrito en España (1962 y 1964), prohibido en su momento, y el póstumo Casi unas memorias (1976). Entre sus recopilaciones de ensayos y artículos en prosa figuran En algunas ocasiones (1960), Entre literatura y política (1973) y Sombras y bultos (1974).

Xosé M. Núñez Seixas (Ourense 1966), historiador e investigador, es doctor en Historia Contemporánea por el Instituto Universitario Europeo de Florencia. Ha sido catedrático de Historia Contemporánea en la Universidad de Santiago de Compostela.

Desde octubre 2012 es catedrático de Historia Contemporánea en la Universidad Ludwig-Maximilian de Munich (LMU).

Su investigación se centra en la cuestión nacional y los nacionalismos comparados en la Europa del siglo xx, así como en la historia cultural de la guerra.

Es autor del ensayo Imperios de muerte. La guerra germano-soviética 1941-1945 (Alianza, 2007).